El siguiente puzzle es de Edward Poynter, un pintor británico del siglo XIX afín al prerrafaelismo:
Este cuadro, que se encuentra en el Guildhall Art Gallery de Londres, muestra a docenas de esclavos israelitas arrastrando una escultura de un león, hecha de granito rojo, en primer plano mientras un supervisor egipcio azota sus espaldas con su látigo. La pintura representa el texto del Éxodo I:7-11:
Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos en gran manera, y la tierra se llenó de ellos. Entonces pusieron sobre ellos capataces para oprimirlos con duros trabajos. Y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramsés.
En el lado derecho del lienzo, ligeramente apartado del primer plano, se puede distinguir otro león de granito siendo arrastrado a través de una puerta, y en el fondo aparece un conjunto de leones de granito casi completos. En primer plano se ve un pequeño séquito real siguiendo al león de granito central. Una princesa egipcia en la procesión lleva a un niño, el niño Moisés, que sacará a los israelitas de esa esclavitud, quien a su vez lleva su propio látigo de tamaño miniatura. En medio del horror de la escena, hay un momento extrañamente humano en el primer plano de la pintura donde se ve a un egipcio dando agua y ayuda a un esclavo caído. Esta porción de humanidad contrasta marcadamente con el capataz egipcio que porta un látigo en el fondo inmediato. Aunque el pasaje del Éxodo al que se refiere cita las ciudades de Pitón y Ramsés, Poynter opta por una selección ecléctica de arquitectura egipcia. Las cuatro figuras de granito negro que se muestran cerca de la entrada están inspiradas en las del Museo Británico de Amenhotep III de Tebas, mientras que los leones de granito rojo siguen el modelo de otra pieza de museo que se exhibió en la corte egipcia en la exposición del Palacio de Cristal en 1854. El telón de fondo de Poynter también incluye la Gran Pirámide de Giza, el Templo de Filae, el Obelisco de Heliópolis y, finalmente, la Puerta del Pilón de Edfu. Esta selección abarca milenios, sin mencionar la distancia física entre todas estas estructuras y, sin embargo, aquí aparecen a poca distancia unas de otras.
Poynter se interesó por los temas orientales desde muy temprano en su carrera, e Israel en Egipto puede considerarse su primer gran éxito. La pieza tardó tres años en completarse y, en 1867, se exhibió en la Real Academia. Un ingeniero civil llamado Sir John Hawkshaw compró la obra, pero se quejó con Poynter de que la pintura no era realista. Según Hawkshaw se necesitarían más esclavos israelitas para mover una escultura de granito de tal magnitud. En un esfuerzo por añadir realismo y autenticidad a la obra, y probablemente para apaciguar al cliente, Poynter añadió más esclavos a la procesión, pintándolos hasta el borde derecho del lienzo. Aunque la obra fue un gran éxito en su exposición de 1867 y llegó a ser conocida como una de las obras maestras de Poynter, encontró una buena cantidad de críticas. Algunos desaprobaron el aparente desprecio del artista por la precisión arqueológica, mientras que otros encontraron el tema inapropiado y poco atractivo.
En Israel en Egipto, Poynter experimenta con el cuerpo masculino bajo diferentes tipos de tensión física: empujar, tirar, etc., y en su siguiente obra importante, La catapulta, terminada apenas un año después, en 1868, refina su capacidad para capturar el forma masculina en la cima del esfuerzo físico.
El puzzle en cuestión es un Educa 2000 panorámico de una edición antigua. Resulta que desde niño era un puzzle que había visto en un chino de la playa y que ya por entonces había llamado mi atención. No obstante la playa no es un sitio muy afín a hacer puzzles, así que no lo adquirí. Pero fueron pasando los años y se convirtió en una cosa que se repetía año tras año: ir al chino, ver el puzzle, evaluar si lo compraba y al final no comprarlo. Tantos años pasaron así que hizo que el puzzle, que veía pasar el tiempo en su estantería sin ver modificado su precio, hizo que con el transcurrir del tiempo y con la consiguiente inflación, el precio del puzzle acabara por ser barato. Así que un año me decidí a comprar el puzzle, que creo que rondaba los 7€ (nada mal para un 2000), y cuando llegó el verano me dirigí al chino a comprar el puzzle solo para descubrir que ya no estaba allí: alguien debió comprarlo antes.
Así que cuando lo vi por wallapop baratito, en su bolsa sin abrir, fue un recuerdo de aquella espinita, me decidí a comprarlo y a realizarlo. Ha sido un puzzle muy placentero, no me ha resultado complicado para nada, y esta edición de educa era bastante buena, con unos colores muy vivos que hacen que el resultado sea casi tan bueno como el original. Como ocurre con los educa, el encaje era notable, la variedad de formas pobre, y el grosor adecuado. Como dato curioso, había una pieza que venía partida en... 6 trozos! Haciendo una suposición, de algún modo una vez cortada, caería a la plancha de corte y volvería a ser cortada. Se puede apreciar algunos de los cortes en la imagen adjunta.Para realizar el puzzle empecé por los azules, luego el mosaico, el león, el suelo de abajo y el fondo, las maderas y por último las figuras humanas. Como he dicho antes, el resultado me parece realmente bueno: