viernes, 12 de julio de 2024

P. Rubens, La Adoración de los Reyes Magos (1629), 1000 piezas

 El siguiente puzzle representa una obra de Rubens, la adoración de los reyes magos:

La Adoración de los Magos representa el momento en el que los tres reyes, acompañados por un gran cortejo, presentan sus regalos al niño Jesús. Éste, en brazos de su madre, parece juguetear con el incienso que le presenta Gaspar, arrodillado ante él. La escena se sitúa al exterior, con una referencia al pesebre en la parte izquierda, transformado en una arquitectura clásica. Los ropajes de los reyes, con capas bordadas de rico colorido y gran riqueza, como los adornos de piedras preciosas y joyas de Baltasar, y el número de acompañantes, muestran el lujo de este cortejo.

La escena tiene lugar de noche, como se observa en el cielo del segundo plano. Sin embargo la luminosidad es clara y el foco surge desde la figura del niño Jesús, que irradia la luz que incide al resto de los personajes. La grandiosidad de la obra se observa en la multitud de personajes, cuya posición permite trazar una diagonal desde la esquina superior derecha que confluye en la figura del niño, punto central de la obra. Es una composición llena de movimiento y dinamismo, donde cada uno de los personajes se estudia de manera individual y en su conjunto, mostrando diferentes posturas y planos.

La obra fue realizada inicialmente en torno a 1608-1609. El lienzo llegó a España en torno a 1613 y la obra pasó a manos de Felipe IV en 1623, que la colocó en el cuarto bajo del Alcázar de Madrid. Allí la vio Rubens cuando volvió a España entre 1628-1629, decidiendo retocarla. Los añadidos se centran en la parte derecha y superior de la composición, donde aprovechó para introducir su autorretrato en el hombre de la casaca morada detrás del caballo, y otra referencia a la tradición italiana; los dos criados que tratan de sujetarse uno al otro se inspiran en el Incendio del Borgo de las estancias vaticanas pintadas por Rafael. Además de agrandar la composición, Rubens también realizó algunos cambios en su obra y retocó algunas de las partes ya pintadas, con una técnica mucho más suelta.

La pintura fue un encargo de la ciudad de Amberes en torno a 1608 para decorar el Salón de los Estados del Ayuntamiento, que acogería la firma de un tratado de paz entre España y las Provincias Unidas conocido como la Tregua de los Doce Años. Así la Adoración de los Magos sería una representación simbólica de los archiduques como guardianes de la paz en estos territorios y, el gran cortejo que acompaña a los magos, los dignatarios que vienen a presentarles sus respetos.

El cuadro es una de las obras más apreciadas del Prado, y una de las que me gusta admirar cuando voy allí. Precisamente visitando el Prado se lo comenté a mi pareja, que le comenté que no sabía por qué el Prado no sacaba más puzzles de muchas de sus obras, como ésta. Ella tomó buena nota y cuando llegó mi cumpleaños se encargó de buscar un puzzle de esta obra. En este caso, un puzzle de piezas de madera (el primero que hacía). Un cuadro de tal magnitud (el original mide 3'5m x 5m) me hubiera gustado hacerlo en un 2000 como mínimo y más apropiado vería un 3000. Pero lo más desagradable fue que los colores eran mucho más oscuros que el original, haciendo que la obra perdiera muchos matices, pero ya era un logro haber encontrado el puzzle que quería. El encaje de madera era bastante confuso, las piezas encajaban con un clac perfectamente... aunque no fueran ahí. Probablemente por ese motivo por detrás había escritas letras (A-H), que ratificaban que una pieza fuera colocada adecuadamente.

Para hacerlo empecé por los rojos y azules, luego los blancos y amarillos, los rostros y el fondo y por último los oscuros. 



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