viernes, 5 de marzo de 2021

N. Poussin, El triunfo de Pan (1636), 1500 piezas

El siguiente puzzle corresponde a una obra del pintor francés Nicolás Poussin, titulada El triunfo de Pan


Pertenece al ciclo de triunfos o bacanales encargado por el Cardenal Richelieu para su palacio del Poitou, en donde iban a compartir espacio con obras de reconocidos autores renacentistas como Mantegna. Fueron ejecutadas entre 1634 y 1636, y proporcionaron un mayor prestigio en Francia al artista. Se han constatado con seguridad tres bacanales terrestres y una marina. Se trata de El triunfo de Pan, que es el que nos ocupa; El triunfo de Baco, El triunfo de Sileno y El triunfo de Neptuno. De la relativa al dios Pan existen dos versiones: una en el Louvre y otra en la National Gallery de Londres, que es la del puzzle. Poussin se aleja de la manera italianizante de El triunfo de Neptuno y se aproxima a una concepción más austera, más bidimensional y clasicista. Su pureza de contorno y abstracción de líneas se inspiran en los relieves dionisíacos, sobre todo helenísticos, que el autor había podido contemplar en Italia, en especial el llamado Vaso Salpión, por nombre del artista ateniense, que había podido estudiar en la catedral de Gaeta. Fue, por tanto, un reto a la hora de imitar la vitalidad de los autores clásicos. Las formas se unen en su desenfreno sensual y se reúnen en una disposición de friso. Se mueven con una aparente falta de esfuerzo en su danza sobre un fondo no integrado. En este caso, su interés por el diseño de una compleja composición nos aproxima al estilo manierista italiano.

El puzzle es un Ricordi que compré en un lote a precio de saldo. En su realización se comió dos traslados, por lo que era de esperar (aunque no de desear) que alguna pieza se extraviara, como fue el caso. Afortunadamente fue una marrón oscura que fue relativamente fácil de replicar. El puzzle recorta significativamente la obra por la parte superior, para adaptar el tamaño a los cánones puzzleros. Se corta así las hojas de los árboles, pero sin llegar a eliminar nada de la composición en sí misma.

En su realización comencé por los azules, luego amarillos y rojos, color carne y por último los tonos más oscuros.