lunes, 24 de abril de 2023

P. Brueghel el Viejo, La caída de los ángeles rebeldes (1562), 1000 piezas

El siguiente puzzle es de un óleo del pintor renacentista flamenco-holandés Pieter Brueghel el Viejo, realizado en 1562. Actualmente está en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas.

Brueghel  se inspira en un pasaje del Apocalipsis (12, 7-9) para realizar este cuadro:
Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
En el centro de la imagen, en armadura dorada, está San Miguel, general de los ejércitos celestiales, repartiendo impasible sin que nadie consiga hacerle frente. Apoya su pierna derecha sobre el vientre del monstruo de siete cabezas descrito en el apocalipsis. Los ángeles caídos vienen representados por monstruos híbridos con mezclas varias de peces, insectos, aves. anfibios, moluscos, plantas y minerales, y por supuesto humanos.

En este cuadro nos muestra la gran influencia que tuvo de Hieronymus Bosch, las figuras grotescas de los ángeles caídos, caracterizados como monstruos mitad humanos, mitad animales podían perfectamente estar salidas de la cabeza de Elbosco. De hecho, hasta que se encontró una inscripción sobre su autoría en 1898, fue atribuido a Elbosco. Se cree que forma parte de una serie de cuadros para el mismo mecenas, junto con Dulle Griet y El triunfo de la Muerte. La composición con una figura central situada entre muchas otras menores, fue repetida por Brueghel con frecuencia en esa época de su obra. El conflicto entre el bien y el mal, el vicio y la virtud, es un tema recurrente en la obra de Brueghel. En este cuadro, el Arcángel Miguel y sus ángeles son representados en el acto de expulsión de los ángeles rebeldes del Cielo; fue el Orgullo el pecado que causó la caída de Lucifer y sus compañeros. La composición se divide horizontalmente en dos mitades aproximadamente iguales: el cielo en la parte superior y el infierno en la inferior. Los tonos claros del cielo contrastan con los ricos y oscuros tonos del infierno, donde se combinan los tonos ocres y los cálidos tonos marrones. 
 

El trabajo de Brueghel está repleto de conexiones con el Nuevo Mundo: durante el siglo XVI, se llevaron a cabo estudios extensos de la fauna, flora e indígenas del nuevo continente. Las muestras traídas por los investigadores llevaron a la aparición de gabinetes de rarezas. Los coleccionistas de la época distinguen lo creado por el hombre (artefactos), de lo creado por la naturaleza (naturalia). Brueghel llenó su composición con combinaciones de una con la otra, así como el coleccionista llena su oficina de rarezas. Por ejemplo, la armadura de un armadillo con placas óseas y una cola acanalada se convierte en una armadura de metal pesado. La presencia de este animal sugiere que Brueghel estaba familiarizado con los escritos de los primeros exploradores del continente americano, y el artista lo asocia a un demonio. Entre los naturales se pueden identificar partes de crustáceos, moluscos y peces. Por ejemplo, el erizo de peces de mares tropicales, que se convierte en una bola de púas cuando se siente amenazado. Bruegel equipa a los ángeles caídos con artefactos, como instrumentos científicos o musicales, armas y armaduras, objetos etnográficos e incluso obras de arte. En uno hay un babero de un reloj de sol, cuyas dos partes están atadas con una correa de cuero. Tales relojes, por regla general, estaban hechos de marfil y eran muy valorados por los coleccionistas. Además, se creía que este dispositivo es capaz de corregir el caos de la tierra y sincronizar la vida de las personas con la regularidad del universo. Al colgar este reloj en un ángel caído, Bruegel parece demostrar cierta ironía sobre esta idea.

El puzzle es un Clementoni de la renovada serie Museum Collection. Hasta donde yo sé es una obra de nueva aparición en la marca de puzzles italiana, así que tenía ganas de pillarlo. Lo vi barato de segunda mano junto con otros 2 puzzles, así que lo pillé y al poco de comprarlo me puse manos a la obra. Y he de decir que si ya era antes buena la serie Museum Collection de Clementoni, puede que ahora sea incluso mejor. La calidad de las piezas sigue siendo excelente, el acabado también, la variedad de piezas es muy buena (aunque sería incluso mejor con formas "raras"), y el encaje y acabado también superior. Da gusto hacer un puzzle así.
Para hacerlo, comencé por los blancos, luego los azules, los verdes, rojos, marrones... y luego ya pieza a pieza.