El siguiente puzzle es de un cuadro del pintor flamenco Jan Sanders van Hemessen, titulado El cirujano o también La extracción de la piedra de la locura:
Aunque el tema de la piedra de la locura cuenta con fuentes escritas y antropológicas desde la Prehistoria, en el arte solo aparece en la pintura flamenca entre los siglos XV y XVIII. La tradición popular asociaba la locura a una piedra alojada en el cerebro, debido al parecer a las trepanaciones placebo realizadas en los anteriores siglos: charlatanes que hacían una incisión en la cabeza para simular que sacaban una piedra (u otro objeto) de allí, cuando en realidad lo tenían oculto en la mano, y diciendo que la causa de su mal era dicha piedra.
Cabe señalar que durante la época medieval la palabra loco no tenía la misma concepción que en la actualidad. Por aquel entonces, el loco era todo aquel cuya conducta se alejaba de las reglas sociales, y aquí entran no solo enfermos mentales si no también enamorados o pecadores. Siendo así, ingenuos enamorados no correspondidos, o con deseos sexuales que se alejaban de la norma, trataban de librarse de esa supuesta piedra haciendo que se la extirparan.
En nuestro cuadro, que puede encontrarse en el Museo del Prado, un cirujano extrae una piedra de la cabeza de un paciente en un mercado local. Una anciana ayudante del cirujano sujeta la cabeza del enfermo, junto a una joven que prepara los ungüentos, mientras que otro hombre, un paciente tal vez esperando su turno, alza su vista al cielo. Por detrás de la escena principal se ven colgando de cordeles las piedras que supuestamente había extraído en anteriores operaciones. Hemessen pretende criticar la estafa al paciente, mediante la expresión sarcástica del doctor, que descubre así su condición de impostor, cuyo único fin es el dinero. El tema de la extracción de la piedra de la locura ya lo representó El Bosco a finales del siglo XV, pero a diferencia de El Bosco, quien se burla del cirujano colocándole un embudo en la cabeza, Hemessen lo representa con un aspecto inteligente, con unos distinguidos anteojos.
El puzzle es un personalizado que adquirí usando una promoción, ya que no existe (que yo sepa) el puzzle de este cuadro. No fue necesario editar la imagen, el tamaño coincidía con los estándares puzzleros.
Ha sido un puzzle difícil para ser un 1000. En primer lugar hay bastante negro, lo que lo dificulta bastante, pero además la calidad de las piezas era mejorable (normal al ser un personalizado) por ser más finas de lo habitual, con colores brillosos y con un encaje confuso. Había tonalidades que había que ponerlas a la luz directa del sol para poder diferenciarlas.
Para realizarlo empecé por los azules y blancos, luego los rojos, marrones, carne y los más oscuros para el final, probando por la forma de la pieza y no por su color.