domingo, 1 de marzo de 2020

G. Klimt, El Beso (1908), 1000 piezas

El siguiente puzzle es la obra más famosa de Gustav Klimt, autor austríaco del Art Nouveau:




El beso se encuentra en la Galería Belvedere de Viena. Dos figuras sobre un prado, el hombre abrazando a la mujer, agachándose ante ella mientras ella fuera los ojos.

Klimt hace uso de la hoja de oro evocando las obras mefievales iluminadas con este color. Unos años antes había visitado en Rávena la iglesia de San Vital, y allí había contemplado unos mosaicos bizantinos con ese tipo de decoración. A partir de entonces se hizo común el uso de papel de plata y oro en las obras de Klimt.

La verdad que este puzzle nunca tuve especial interés en hacerlo. Ya de por sí la obra de Klimt no es muy de mi gusto, no entiendo bien el arte modernista, pero además en un viaje que hice por Austria encontré por doquier fotos y reproducciones del beso, hasta tal punto que acabé por cogerle tirria. Parece ser que Klimt es el único pintor austríaco que se precie.

Pero una serie de circunstancias hicieron que finalmente lo hiciera. En primer lugar, mis alumnos al enterarse de mi afición por los puzzles, me preguntaron si lo había hecho, a lo que tuve que responder que no. Unas semanas más tarde, me lo enviaron por equivocación en una compra. Quería otro puzzle y me enviaron ese. Y por último, a una visita que tuve le di a elegir cuál sería mi siguiente puzzle. Y eligió éste. Parece que estaba predestinado a hacerlo, así que me resigné y me puse manos a la obra.

El puzzle es un Clementoni Museum Collection de 1000 de los que tanto me gustan. Sin embargo, éste probablemente lo disfruté algo menos que otros de la misma serie, como por ejemplo el Jarrón con Flores de Van Dael. No sé, la variedad de formas y tamaños me pareció inferior en este puzzle, sin embargo me puse a comparar las plantillas de ambos puzzles y resultaron ser la misma. Supongo que simplemente cuando hice el Van Dael venía de hacer otros de encaje deficiente, por lo que el contraste resultó en una sobrestimación del Van Dael.

Cuando empecé a hacer el puzzle, pintaba que iba a ser realmente rápido y fácil de hacer. Empecé con el prado de abajo, incluso antes de los bordes. Las flores rosas y las amarillas fueron una gran referencia. Luego pasé a las cabezas y luego al traje de la mujer, para seguir con el del hombre. Todo iba muy rápido. Hasta que llegué al dorado. Fue tedioso, tenía que probar pieza por pieza en cada hueco. No había nada distintivo, y los cambios de oscuridad en el tono eran tan caóticos que no podía diferenciarlos, apenas la esquina superior derecha un poco más oscura. Y eso que el puzzle recorta la imagen a los lados (la obra es cuadrada), eliminando una parte ingente de dorado, junto con un poco de prado a la izquierda.