Este cuadro puede encontrarse en el Louvre de París, aunque hay una réplica en el palacio de Versalles. La escena de esta enorme pintura (mide casi 10 metros de ancho) que se realizó entre 1805 y 1808, se desarrolla el 2 de diciembre de 1804, en la catedral de Notre Dame de París. El emperador es consagrado por la gracia de Dios, pero su coronación por mano propia simboliza su derecho a la corona por la voluntad del pueblo. Napoleón se quería diferenciar así de la idea clásica de monarquía y romper con la herencia de los Borbones. Sin embargo, los distintos objetos recuerdan los símbolos reales: están presentes la corona y el cetro.
La decoración antigua, el orbe crucífero y la corona de laurel son señales de la inclinación de Napoleón por los imperios carolingio y romano. En la obra aparecen numerosos personajes de la época, mostrando la idea de la nobleza basada en el mérito. Aparecen Napoleón, Josefina, los hermanos de Napoleón José y Luis, sus hermanas, cónsules, príncipes, mariscales, el papa... Incluso se puede encontrar al propio pintor David en un palco por detrás, con cara de asco.
Existe un mito respecto a esta escena. Un historiador francés difundió el bulo de que fue Napoleón quien le quitó de las manos al papa la corona para coronarse él mismo. Sin embargo en la propia ceremonia estaba previsto este gesto y tenía el visto bueno del papa.

Un puzzle de 1000 no tiene ningún secreto, y más un Clementoni que tan pocas dudas deja a la hora de encajar piezas. Empecé por los rojos y verdes, luego la gente, las columnas y por último los fondos.