martes, 13 de agosto de 2019

J. L. David, El Rapto de las Sabinas (1799), 3000 piezas

Os presento este puzzle, que es el que probablemente más haya disfrutado haciendo de todos los que he hecho nunca. Se trata de la obra El Rapto de las Sabinas, de Jacques Louis David, pintor de estética neoclásica.



Este cuadro, que puede contemplarse en el Louvre de París, era considerado por el autor como su obra maestra, por encima de cualquier otra. Personalmente comparto su opinión. La obra escenifica una leyenda romana: cuando Rómulo fundó Roma sólo había hombres, por lo que los romanos invitaron al pueblo vecino de los sabinos para que llevaran a sus hijas allí. Pero los romanos eran vistos como un pueblo bárbaro, por lo que ningún padre quiso dar sus hijas a la ciudad. Entonces Rómulo ideó un plan: invitar a los sabinos a celebrar unos juegos para raptar a las mujeres sabinas mientras estaban distraídos.

El plan de Rómulo tuvo éxito, pero como los sabinos carecían del poder militar de los romanos, no pudieron hacer nada como venganza en ese momento. Pero cuando pasaron los años, sí tenían una fuerza militar con la que poder hacerles frente, por lo que se desencadenó una batalla entre sabinos y romanos. Las mujeres no sabían a qué lado estar, por un lado sus padres y familiares, al otro sus maridos e hijos. Ante tal desesperación se colocaban en medio de los dos bandos para intentar detener las acometidas. Finalmente, consiguieron aplacar a las partes y los sabinos y romanos se reconciliaron con la intermediación de las sabinas.

Este cuadro es una alegoría a la reconciliación de dos partes enfrentadas, con él David aclamaba por una bajada de armas ante los bandos posteriores a la Revolución Francesa.

Ya le había echado el ojo a los puzzles que había de esta fascinante escena del artista francés. También tenía del mismo autor La Coronación de Napoleón de 1000 pendiente, que pillé con una buena oferta. Pero nada que ver con las ganas que le tenía a este (de hecho aún tengo pendiente la coronación).

Lo encontré de 1000 y de 3000 piezas, comercializado por Clementoni y Ravensburger respectivamente. No tenía prisa en hacerme con él, dado que aún tenía una buena reserva de puzzles pendientes. Pero estaba siempre atento al mercado de segunda mano para hacerme en su momento con el de 3000 (el de 1000 me parecía muy ridículo para una obra de semejante magnitud). Finalmente, tras algunos intentos frustrados, ese momento llegó y aproveché la ocasión para conseguirlo a buen precio.

Cuando empecé a hacerlo, esperaba que fuese un puzzle muy difícil. Se puede observar que la imagen del puzzle es mucho más amarillenta que el original. No sé por qué. Incluso el de clementoni de 1000 piezas tiene unos colores más definidos. La cuestión es que veía que iba a ser un puzzle con muchos tonos de amarillo y naranja. Por lo tanto, comencé con los rojos y blancos. El escudo central también resultó sencillo de diferenciar. Y entonces ocurrió lo que suele pasar con tantos puzzles: la vista se acostumbra, percibes texturas que antes pasaban desapercibidas, ves una diferenciación de tonos para ti ahora evidente que antes no veías... La cuestión es que empecé a ver claramente lo que era de castillo, de humo y de cielo, pese a ser todo de tonos similares.

Separé por otro lado lo que eran tonos de color carne, por otro las partes de rostro... todo iba poco a poco entrando en su sitio. Las piezas eran Ravensburger, con lo cual la variedad de formas y tamaños es muy bueno, la calidad del encaje no es como los Clementoni, pero aun así era bueno y no solía haber duda sobre una pieza iba en su sitio.

Por último quedaban los tonos más oscuros (qué sorpresa, ¿verdad?), exceptuando la parte del humo, cuya textura resultaba identificativa. Paciencia con los negros, buscando pequeños trazos de otros colores y... el puzzle estaba terminado.


Recomiendo 100% este puzzle. Es realmente bonito y, pese a que pueda parecer complicado, no lo fue, al final incluso tardé menos de lo que habitúo en un puzzle de 3000 piezas. Ha sido muy gratificante.